martes, 8 de septiembre de 2009

Mi rincón



Pocas sensaciones me llenan tanto como poder pasear entre los arboles en esta época en que la brisa comienza a tornarse en el aliento fresco de la naturaleza.
Es como si el bosque empezara a despertar, curioso, cuando seguramente es todo lo contrario. Pero es algo difícil de explicar. Como si lo que despertara fueran las criaturas mágicas que seguro habitan entre el musgo, entre las hojas que comienzan a caer.
El olor de las plantas húmedas. Una humedad propiciada porque el sol ya no les castiga con sus rayos estivales.
No me siento un extraño, tal vez porque aquí nadie, ni nada, me juzga por lo que nunca hice.
Me dejo llevar por mis pasos, sin prisa. Escuchando el crujir de ramas secas bajo mis pies, el saltar de las ardillas sobre los arboles, la mirada escondida de las hadas que, temerosas de ser atrapadas, solo dejan oír su suave aleteo. Cada bocanada de aire llega a todos los confines de mi ser. A pesar de estar en un lugar en el que yo debería ser lo discordante , no me percibo así.
No conozco el nombre de los árboles y sin embargo los siento tan cercanos, tan allegados.Entre ellos el leve viento parece hablarme, ese mismo viento que miles de veces pareció susurrarme su nombre, incluso imitó su risa. Cuantas veces me he vuelto esperando encontrar su sonrisa, su bella figura de mujer, su bello rostro aparecer entre las ramas. Cuantas veces he deseado haberle podido enseñar mi rincón secreto.
Pasando entre unos arboles frondosos se llega a un pequeño montículo desde donde se domina toda la ciudad. Allí las agujas de la Sagrada Familia, el insinuante perfil de la torre de las aguas, avenidas donde en ese mismo momento miles de personas, de almas tal vez tan solitarias como la mía, deambulan por su vida. Cuantas serán felices? . Cuantas como yo , pensaran “que solo estoy entre tanta multitud”?
Y al fondo el mar.
Como me hubiera gustado poder subir aquí con ella, taparle los ojos justo antes de atravesar entre las ramas, con mis manos para sorprenderla con la vision de Barcelona a sus pies. El simple de hecho de recordar el tacto de su piel al poner mis manos sobre su cara a modo de antifaz para sorprenderla ,hace que me estremezca. Cuantas veces habré rozado a otras personas, cuantas veces lo hacemos a diario?. Un apretón de manos, un beso de amigo, un roce en un brazo incluso cogernos de las manos. Pero cuando ese roce hace que se nos erice el vello, hace que nuestra piel de un respingo, que nuestros ojos brillen con intensidad, cuando hace aflorar una sonrisa a nuestros labios, algo mágico hay. Algo que nos llega al fondo el alma. Ella consiguió que sintiera que cuando la rozaba, nuestras almas se hablaban, , se llamaban, se gritaban. Almas que deseaban unirse. Pero también está la razón y muchas veces , esa razón vence al alma. Y su razón , maldita mil veces su razón, es más fuerte que su alma.
Hoy la melancolía pasea conmigo por este bosque. ¡¡Ay!! la melancolía, trofeo del sentimiento al vencer a la razón. No me arrepiento de sentirte aquí amiga melancolía, me dices, me demuestras que aun tengo corazón. Que aun mis sentimientos luchan contra la razón. Esa razón que grita que olvide. Y se enfrenta a mis sentimientos que suplican que recuerde.
Y se que la victoria es de mis sentimientos...

porque la recuerdo.

2 comentarios:

  1. Me dejas de nuevo sin palabras....compartimos lugares secretos en soledad, olores, sensaciones...y seres mágicos que tal vez sí existan más allá de nuestra imaginación...como cuesta olvidar, como cuesta romper con los recuerdos, como es la mente....

    No olvides, pero seguro que el tiempo, un día deja de detenerse en ese reloj que marca tus horas melancólicas....

    Te hablo desde la experiencia, aunque soy algo más joven que tú, pero que tb un día amé y me costó olvidar...ahora, con el paso de mi tiempo, que es diferente en cada uno de nosotros, el recuerdo de que lo amé, ha desaparecido, solo tengo vagas sensaciones de que un día compartí una pequeña parte de mi vida con él, pero ahora ya no existe melancolía....ya es solo para mi un ciudadano más en este mundo...

    Siento tu sentir, me identifico con él, y me encantaría poderte ayudar, pero eso es un imposible...

    Lo que si puedo, es seguir acompañándote aquí, leyéndote y escribiéndote y haciendo que me sientas cerca y que sientas tb que no estás tan solo, o un poco menos solo...y es muy sincero lo que te digo...besitos

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  2. No quiero perder mis horas melancolicas. La melancolia no es mas que la victoria de los sentimientos sobre la razon. Una razon que nos dice, "olvida" y unos sentimientos que nos dice "recuerda". Y los sentimientos cuentan con un gran aliado, el alma. Y cuando gana una batalla, cuando nos devuelve un recuerdo, se manifiesta de forma melancolica. NO, no quiero perder mis momentos melancolicos.

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