domingo, 16 de mayo de 2010

Anochece

Anochece desde mi ventana. La luz deja de ser ese brillo que entraba por la ventana . Las sombras toman las paredes instantes antes que las ninfas empiecen a revolotear.

Olor a alas de hada recorren la habitación. Incluso el silencio es diferente en ese instante.

Anochece
, y el día acaba, acaban las oportunidades de cambiar lo que se quería cambiar en ese día.

Un segundo, tal vez menos, un segundo de magia. Casi me pareció escuchar tu risa, pero debió ser el crujir de la luna al levantarse.

Ya está allí, sonriendo una noche más, condenando al sol al destierro. Y es mucho más benevolente que el sol porque la Luna si nos permite mirarla a la cara.

Y estoy seguro? o tal vez solo me lo pareció? vi su sonrisa picarona reflejada en ella.

Ya acaba el día , ya apago el ordenador, ya ceno algo ligero, ya sueño despierto, ya me acuerdo de ti.

Ya acaba el día luminoso y me quedo en mi sofá, subastando un lugar a mi lado, regalando el lado del sofá que tu deberías ocupar.

Ya acaba el día y empiezan los deseos, pero a sabiendas que solo son sueños, llegará el cruel sol a despejar las sombras amables de tu cuerpo, de tus caricias, imaginadas y sentidas.

Llegará la clara luz del sol para hacer desparecer tus dulces sombras sobre mi.

Acaba el día, y poco antes de dormir volveré a decirle a la luna imaginando tus bonitos ojos de hada de los bosques," Buenas Noches".

Sabiendo que jamás lo escucharas, pero, acaba el día y todo sueños escondido brota de un leve recuerdo al rozar de tu piel. insignificante para ti, inmenso para mi.

Acaba el día, ssshuuuuu, no hagais ruido nubes al cruzar mi cielo, no me saqueis de mis sueños de atardecer.

sábado, 8 de mayo de 2010

Reordenando

Se levantó sin prisas.

Sábado , no trabaja y pensó que era hora de reordenar todo.
La cama desecha por la noche anterior, una cama que cobijaba noches de soledad.

Sacudió la sábanas y cayó su olor .

Sacudió las almohadas y cayeron sueños.

Y no quiso parar.

Sacudió su alma y cayeron lágrimas.

Sacudió su piel y cayeron sus caricias.

Sacudió su entender y cayeron sus promesas.

Sacudió su corazón y cayó su nombre.


Lo miró, allá en el suelo, lo recogió: " No, tu no te caigas vuelve a mi corazón "