domingo, 28 de marzo de 2010

Entre las estrellas


El sonido del agua hirviendo impregnándose del sabor del café molido, llenando de olor intenso el aire.

El agua cálida cayendo sobre la espalda un segundo antes de cerrar el grifo.

La toalla suave sobre la piel aún mojada.

Vestirse con el aroma del café recién hecho.

Una taza dos cucharadas de azúcar, unas galletas.

La mirada por la ventana, por donde entra el sol, calentando la piel con el olor al after shave.

Colonia sobre la piel, y sobre la camisa.

Mirada en el espejo.

La música suena, invita a bailar, a soñar que se baila.

Abrir el armario, para coger la chaqueta, es la última prenda de vestir para poder salir un día más a trabajar. Y ahí está...

La ropa de ella. Las camisas que olían a ella, dibujando el perfil de sus senos. Sus pantalones que dejaban ver las curvas de mujer, sus chaquetas elegantes, atrevidas, informales. Su vestido, ese vestido especial, casi glamouroso, de suave tacto que tantas veces rozó al pasar tu mano por la cintura de ella, al cederle el paso al entrar o salir.

Y en los cajones su ropa interior, la que le daba una imagen tan deseable, y la que se quitaba de forma tan sensual.

Todo sigue allí, su ropa, su recuerdo...

Todo menos ella, o tal vez si estaba aún.

Hace tanto ya que se despidió de él.
Aún la recuerda, aún la ama, aún espera oir su risa, ver sus ojos, sentir sus manos, rozar su piel...

Sabe que allá donde van las almas ella le espera.

Un día más el vivirá sabiendo que a la noche en esas brillantes estrellas ella se esconderá. Jugarán una vez más, a esconderse y a descubrirla, sin lágrimas.
Porque un día el también se irá, allá donde ella le espera, donde ella le envía cada amanecer un beso con olor a brillante sol, con el tacto del calor, y el sonido de la luz. Donde solo los corazones que aman y son amados pueden estar, donde el tiempo ya deja de tener sentido porque el sentido lo da el amor.

Ella ya no está, ella no volverá.

Ella lo espera sin prisas, pues sabe que él también partirá y, ella irá a su encuentro y con beso eterno lo recibirá, con un abrazo de fuego lo acogerá.

Él ya sale de casa, y antes de cerrar, una mirada al pasillo, sabiendo que no la encontrará y con una pequeña lágrima recorriendo su mejilla hasta el centro de su alma dirá.

"Hasta la noche mi vida, cuando entre las estrellas te volveré a encontrar".

1 comentario:

  1. Guauuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!!! vaya suerte que tiene, ella....sensual te dibujas, muy sensual, supongo que esta noche te verás con ella, ella siempre te espera...pero sé que tu tb a ella, ella se volverá loca al olerte y te abrazará y besará , eso si no lo has hecho tu antes...un beso entre las estrellas...

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