domingo, 30 de agosto de 2009

Nacimiento de un angel



Se escuchó el portazo, como un trueno. Como el ruido de las puertas del infierno al abrirse. La pequeña Cris, saltó sobresaltada de su mundo de muñecas. Se levantó y corrió a coger, a abrazar a su osito Popy. Su amigo, su escudo, su almohada para cuando se protegía en aquel pequeño armario. Un pequeño armario de dos hojas, dos puertas de fina madera que para ella, eran como puertas de piedra. Las puertas que la separaban de aquella riada de gritos, de golpes, de lloros. Y corrió y se escondió. Sus pequeñas manitas aferradas a Popy no dejaban de temblar. Mojó su pequeño pantalón y ni siquiera se dió cuenta. Sus piernecitas húmedas, plegadas, intentando arrinconarse, intentando desaparecer de aquel momento de aquel sentir.
Terror, palabra que no conocía y sin embargo era su vida. Si hubiera sabido rezar, pedir a un Dios cruel que nunca apareció. Lo habría hecho. Pero sus labios solo gimoteaban, solo tenian el sabor de sus pequeñas lágrimas, saladas, cálidas. Cayendo por un rostro que con 7 años debería tener dibujada una sonrisa, no una mueca fantasmagórica.
La luz entró en su pequeño mundo, en su pequeño armario. La silueta del diablo apareció, la silueta de quien debería tenerla en sus rodillas, debería besarla, y jugar con ella. No secarle la alegría, la vida.
Gritos, más gritos. LLoros, golpes y sonidos secos. El sonido de carnes ya desgarradas por la repetición del dolor.
Cris intenta salir, escapar, solo quiere ser lo que es. Una niña.
Popy la acompaña, no puede ser de otra forma, apretado contra su pechito parece que la quisiera proteger del mundo.
Alguien le coge del brazo, cae Popy.
-Popy, Popy
Entre sollozos el nombre de su amigo, un amigo que no responde, no se levanta, no huye. Un amigo empapado de lágrimas, lleno de sueños lanzados cada noche, cuando el silencio venía como un manto de paz a su cama.
Aventuras que no son, no fueron , no serán.
Un por qué, solo un por qué.
No hay respuesta, solo una sensación rara, impactante.
Cris cree haber volado, siente que no toca el suelo.
Su pequeño oído suena, se resquebraja.
Una mano, un puño de odio la golpea.
Se apagan las luces para Cris, no ve a Popy, pero tampoco ve la silueta del diablo.
Siente su mejilla fría contra el suelo, una sensación conocida.
Nota como los gritos, los ruidos, los golpes se desvanecen.
Sabor metálico en su boca, humedad cálida en su pequeño oido. Un oido sin memoria de un te quiero.
El aire no quiere entrar en sus pulmones, la vida, apenas estrenada, se va.
Pero aún queda un último golpe de fuerza para lanzar una palabra de despedida al infierno.
-Popy.

Su amigo, su escudo, su almohada.
Al fin puede salir de su refugio, ya no debe temer. El mismo diablo que le hizo sufrir la liberó del infierno.
Fué el diablo quien cambió la existencia de una niña, por el nacimiento de un angel.
Cris un nuevo angel.


3 comentarios:

  1. Las palabras tal vez lo sean. Pero el fondo, cuando deja de ser algo imaginario e invade la realidad es horrible. Nadie debería poder hacer sufrir a otra persona, y si es un crío aún es más horrible.
    Muchas gracias, un abrazo.

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  2. DUENDE!!!Intuyo una muerte, y deduzco por tu comentario, que ha podido ser real....me has dejado mal...está muy bien escrito, pero como duele....he estado a punto de no dejar un comentario, xq como duele tu ahora ANGEL....

    Te dejo un beso de nube..

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